lunes, 9 de noviembre de 2015

SEXTING




Lo llaman sexting y es el fenómeno de fotografiarse en actitud provocativa para enviar las imágenes a alguien de confianza. Desde hace varios años, este hecho se va extendiendo entre los jóvenes gracias a las redes sociales y a aplicaciones de mensajería efímera tipo Snapchat, que prometen que un mensaje se autodestruye pasado un cierto tiempo, lo que ofrece una garantía de mandar imágenes subidas de tono de forma privada.
Y es que, con la polarización de las nuevas tecnologías, el uso del «sexting» entre los adolescentes se expande cada vez más. En un principio comenzó haciendo referencia al envío de mensajes de naturaleza sexual y con la evolución de los teléfonos móviles, ha derivado en el envío de fotografías o vídeos de contenido sexual.
Esta práctica puede causar graves daños psicológicos a los jóvenes que en la mayoría de los casos desconocen el destino final de sus fotografías íntimas, según expertos en psicología, quienes advierten que se trata de una práctica de alto riesgo.
Casi un 10% de los jóvenes de entre 10 y 16 años han recibido fotos cargadas de erotismo. Las intercambian por fanfarronería, por seducir o porque sus parejas se lo piden para generar morbo y excitación. El problema viene cuando el que las recibe decide difundirlas entre amigos o colgarlas en Internet, tal vez derivada de una ruptura y por despecho.
Pero esto puede generar consecuencias legales. Los menores que se fotografían y las difunden pueden ser acusados de producción y distribución de pornografía infantil y evitar así las secuelas psicológicas.

Consecuencias y peligros.


Las principales consecuencias y peligros del SEXTING son:
  • Riesgo de exposición a pederastas y otros acosadores o chantajistas
  • Aspectos legales  
  • Riesgos psicológicos
  • Amenazas


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